Vivir para
los residuos
es un
suicidio de la inteligencia.
Lo restante
es el escombro
de la
incertidumbre,
o algo
insulso que apremia el embarque
en los
sargazos sociales, que derivan
hasta que
una noche los sumerge.
Sé que
existen los días
en que me
vencen los plazos,
como también
hay noches
en que no
logro ser,
ni siquiera
parecer uno más,
porque la
voluntad no sobrepasa las culpas
y una
partitura indescriptible se adueña
las palabras
necesarias para evitar los filos
que me han
buscado desde siempre.
Soy reo de
verdades ocluidas a propósitos,
cuando
flotar fue necesidad mezquina
para
evitarme los pertenecientes cadáveres
del
parricidio mental, que virtualizo
a la hora de
rendirme cuentas.
Porque la
inocencia es una cifra inexacta
ante la sed
de las palabras que condenan
y la verdad
es un arma incandescente
en las manos
del desamparo.
Pichy
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Le agradezco la amabilidad de leerme y la gentileza de comentarme.. Saludos